viernes, 20 de noviembre de 2009

Edición 947

Recuerdo las primeras veces que yo salí hacia el DF solo (debía tener no más de 12 años), era la gran cosa: era ser como un adulto en chiquito; "llevarse solo", decidir uno mismo sin estar a la vera de mamá…

Les cuento esto por una curiosidad relacionada al ccartón gráfico de esta semana: en uno de mis primeros viajes para ir a comprar algo a Satélite, unos individuos se subieron al camión y nos asaltaron a todos: ahí se fue el dinero que llevaba para mis cosas. Al momento me sobresalté, pero al regresar a casa, lo pude contar como si fuera toda una aventura. ¡Qué risa!

Sin embargo, 20 años después, todo sigue igual. O peor. Creo que ahora asaltan más que antes. Y ya no se puede contar como una vivencia extraña en nuestras vidas. Mucho menos causa gracia. Es algo que pone los pelos de punta, preocupa y deja bastante nervioso… todas estas vivencias no las sentirá en su piel la chica maravilla (Alejandra Del Moral) ni nuestros políticos, esos que dicen trabajar por las necesidades de nosotros, el pueblo.

Cómo me gustaría ver sus caras si los asaltaran varias veces en un año de su vida… pero más me gustaría verlos cuando se acercaran a mi pidiendo auxilio, y yo, pudiente e insensato, sólo les prometiera que algún día les ayudaré, y nunca hacer nada. Sería cambiar papeles, sería una venganza justa. Pero sabemos que no ocurrirá. Ellos seguirán sus vidas de millonarios ciegos, lejos de las problemáticas de nosotros los jodidos, a quienes nos asaltan seguido, y a quienes nunca nos hacen caso para cambiar una situación que ya resulta insoportable.

Y luego quieren que les creamos (lo que sea) y votemos por ellos... ¡qué risa!



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