viernes, 6 de noviembre de 2009

Edición 945

¡Ay, con estos gobiernos trabajadores en pro de todos nosotros!

En México siempre ha sido una tradición los gobiernos lentos para construir, derrochadores para remodelar o reconstruir, y lenguas largas a la hora de prometer. Creo que tendremos que rezar de este talante durante muuuchos meses más, hasta que terminen el dichoso distribuidor vial (por el momento, solo "desmadrador vial"). Y peor como se ve que es la chica maravilla… a los pocos meses, ya se está viendo la realidad: era la "chica mascarilla" que traía puesta para convencer a sus votantes. (O deberíamos empezar a llamarla "chica más-que-grilla" por esas denuncias que nunca ocurrieron pero qué buen alboroto armaron).

Como sea, habrá que ir consiguiendo aquel excelente libro del buen Abel Quezada, en el cual daba un ingenioso "Consejo para peatones" y así fabricarnos el "bastón salta-calles". Sólo así sobreviviremos a estas complicaciones viales.

"…el peligro consiste en romperse un hueso al caer, pero eso es preferible a que un automóvil se los rompa todos…" ("El bastón salta calles" del libro: El mejor de los mundos imposibles, Abel Quesada, 1963, Joaquín Mortiz, México).



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